lunes, 27 de octubre de 2008

¿Qué es una Amnistía?


La amnistía (del griego amnestia, olvido) es una causa de extinción de la responsabilidad penal. Es un acto jurídico, emanado del poder legislativo, por el que una pluralidad de individuos que habían sido declarados culpables de un delito, o que por razones políticas han sido privados ilegalmente de su libertad bajo el delito de la desaparición forzada (previsto en el capítulo III bis, Titulo Décimo del Código Penal Federal), pasan a ser considerados inocentes por desaparición de la figura delictiva, o presentados con vida, dependiendo el caso.

La amnistía representa un pacto político y social entre las partes. En contra de lo que muchas personas piensan no significa pedir perdón (cuya figura jurídica se denomina indulto y reconoce la culpabilidad), sino un otorgamiento del perdón por parte de sectores de la sociedad o esta en su conjunto, al Estado cuando éste ha cometido arbitrariedades, en este caso a través de la liberación de los presos, el cese a la persecución, y la presentación de los desaparecidos.

El Frente Nacional Contra la Represión impulsa la amnistía para los presos, los perseguidos y los desaparecidos políticos, no para el Estado.

En México se han dado tres casos de amnistía y en ninguno de ellos se ha "perdonado" a los torturadores y asesinos de nuestro pueblo, la lucha contra la impunidad sigue y una Ley de Amnistía no la impide.

Sin embargo, es importante señalar que en otros países la Amnistía ha servido a la dictadura y la impunidad. No promovemos nada similar al “punto final” en Argentina y leyes similares en el cono sur: "Si se olvida la prisión injusta, la tortura, los vejámenes, también se tiene que olvidar la reparación del daño..." Ni un preso político amnistiado, y mucho menos un desaparecido recuperado, tienen que renunciar a sus derechos humanos ni deben olvidar la prisión injusta, la tortura ni otro tipo de vejámenes. Es decir, ni renuncian a sus principios, y en consecuencia no pueden ser considerados "traidores a la lucha".

En el caso de los presos, son ellos quienes deciden si se acogen a la amnistía. Es decir, si por su ideología o valores no consideran adecuado este instrumento legal, no pueden ser obligados a ello.

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